Una de las principales ventajas de vivir en el campo, es la posibilidad de tener una huerta propia. Así sabemos realmente lo que comemos, y en algunos productos como en el tomate, la diferencia de sabor con respecto a lo que solemos encontrar en el mercado es espectacular.
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Composteras | |
Nosotros intentamos no utilizar fertilizantes químicos, como método fundamental utilizamos compost que elaboramos en casa con los restos orgánicos vegetales de la cocina a los que añadimos restos de podas del jardín así como el césped, restos de frutas, etc.
También utilizamos normalmente tojos, que recogemos en el mes de noviembre y los extendemos sobre el terreno, mezclándolos con el compost. Asimismo utilizamos la técnica del abonado verde, que consiste en sembrar plantas de invierno, que una vez finalizado su ciclo se incorporan al terreno y sirven de abono para futuras cosechas, en nuestro caso utilizamos nabos, con lo que tenemos nabizas y grelos durante el invierno, y aparte de fertilizar el suelo, también conseguimos esponjar el terreno ya que sus raices son profundas y penetran hacia abajo ahuecando el suelo.
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Zona con compost y con nabos |
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Arado del terreno |
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Seguidamente pasamos a arar la huerta con un arado de vertedera, que nos entierra la capa de compost y de nabos, para que se incorporen al terreno.
Una vez arado el terreno, lo dejamos un mes aproximadamente en reposo, hasta el momento de comentar la plantación de los productos de temporada, lo primero que plantamos son las cebollas.
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Terreno arado |
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Pero antes de iniciar la plantación prepararemos la tierra con un paso de rotavator o fresadora, con lo que conseguimos, que la tierra esté suelta y esponjosa para comenzar la plantación.
A medida que vayamos avanzando con la huerta os iremos explicando los procesos a seguir.